En una cazuela se pone el aceite a calentar y se echa la cebolla picada. Se deja sudar bien, se añaden entonces los dos dientes de ajo picados y se rehoga todo un poco.
Se espolvorea la harina sobre el conjunto y se rehoga un poco. Se saca del fuego y se incorpora el pimentón. Una vez bien mezclado se agrega el tomate frito y un poco de caldo de cocer los callos y se pasa por la batidora para obtener una salsa fina.
Después añadimos el jamón, también picado. Batiendo con una varilla, se va echando, poco a poco, el resto del caldo de la cocción de los callos hasta alcanzar el espesor deseado. Hay que dejarla más bien densa, porque al añadir los callos escurridos y el morro y la pata ya limpios y troceados, se aligerará un poco.
Se hace hervir y se añade la guindilla al gusto. Se incorporan también el chorizo y la morcilla especiales para callos, lavados y pinchados.
Se deja cocer suavemente durante 45 minutos. Se sacan el chorizo y la morcilla y se cortan en rodajas poniendo dos de cada embutido en cada ración de callos.